jueves, 28 de abril de 2016

INTRODUCCIÓN: Eritrocitos y hemoglobina. Características y funciones. (Por C. Plaza)

Como todos sabemos, la sangre está compuesta por múltiples células, entre las que destacan los linfocitos o glóbulos blancos, glóbulos rojos y fragmentos de los megacariocitos que son las plaquetas. Los glóbulos rojos, también conocidos como eritrocitos o hematíes, son las células más numerosas dentro del torrente sanguíneo, y son los que dan la coloración roja a la sangre.

Su morfología es característica, tienen una forma oval, bicóncava, aplanada, con una depresión en el centro. Este diseño es el óptimo para el intercambio de oxígeno con el medio que lo rodea, pues les otorga flexibilidad para poder atravesar los capilares, donde liberan la carga de oxígeno. El diámetro de un eritrocito típico es de 6-8 µm. Es la única célula del organismo sin núcleo. Además, carece de maquinaria para la síntesis de sus propias proteínas o lípidos.


Figura 1: Morfología y dimensiones del glóbulo rojo.

El eritrocito se sintetiza a partir de células madre pluripotenciales en la médula ósea (MO) de los huesos. Para el control de su síntesis existe una hormona llamada eritropoyetina (EPO) que se sintetiza a nivel renal y es la encargada de mantener unos niveles de hematíes óptimos. El proceso por el cual se forman los glóbulos rojos se denomina eritropoyesis y tiene una duración aproximada de 5-7 días. El estímulo para su producción es la hipoxia celular, detectado por unos receptores a nivel renal, encargados de mandar señales para aumentar la producción de EPO, que es liberada al torrente sanguíneo para llegar a la MO y estimular la síntesis de eritrocitos y combatir así la hipoxia. 

Figura 2: Proceso de formación de eritrocitos.

El número normal de hematíes en los humanos depende del sexo, siendo mayor en hombres que en mujeres y su disminución de los mismos se denomina anemia. La anemia puede ser desde asíntomática, hasta condicionar gravemente la salud del individuo. Suele cursar con una sintomatología de astenia, debilidad y disnea, conocido como síndrome anémico. La disminución de los eritrocitos puede ser como consecuencia de la disminución en su producción, o por aumento de su destrucción. Además, también  nos podemos encontrar con alteraciones en la forma del eritrocito, que como hemos comentado anteriormente, es fundamental para poder realizar su función de transporte y liberación de oxígeno. Otro grupo de patologías del eritrocito se caracterizan por alteraciones en su composición, siendo especialmente importantes las alteraciones en la molécula de hemoglobina.

Figura 3: Niveles normales de Hb y Hto en recién nacidos, mujeres y hombres.

Dentro de los glóbulos rojos nos vamos a encontrar entre otros componentes con la hemoglobina (Hb). La hemoglobina es un pigmento especial que da a los eritrocitos su color rojo característico. Se trata de una proteína globular y su molécula posee hierro, siendo su función es el transporte de oxígeno. Participa en el proceso por el que la sangre lleva los nutrientes necesarios hasta las células del organismo y conduce sus productos de desecho hasta los órganos excretores.

Cuando el eritrocito llega a los pulmones, la molécula de hemoglobina une oxígeno para ser transportado hacia los órganos del cuerpo. En este punto, la hemoglonina se llama oxihemoglobina.  Cada molécula se hemoglobina puede unir cuatro moléculas de oxígeno, debido a la estructura de la misma. El hematíe sale al torrente circulatorio y la hemoglobina pierde afinidad por el oxígeno que transporta, liberándolo a los tejidos del organismo.

Figura 4: Proceso de unión y liberación de oxígeno del eritrocito.


Cuando el hematíe está en el torrente circulatorio, la hemoglobina liberando oxígeno, gana afinidad por el dióxido de carbono (CO2), que lo une para ser eliminado por la espiración, de manera que el hematocrito en la sangre vuelve a los pulmones, y la hemoglobina de su interior con CO2 recibe el nombre de desoxihemoglobina. Ya en los pulmones se libera el CO2 y se le une el O2, completando el ciclo de la respiración. 


Figura 5: Intercambio gaseoso en el alveolo.

Si la hemoglobina se une al monóxido de carbono (CO), se forma entonces un compuesto muy estable llamado carboxihemoglobina, que tiene un enlace muy fuerte con el grupo hemo de la hemoglobina e impide la captación del oxígeno, con lo que se genera fácilmente una anoxia que conduce a la muerte.

De esta manera, podemos decir que tanto los glóbulos rojos como la hemoglobina son fundamentales para vida, y su ausencia sería incompatible con la vida. 

Bibliografía: 
Nucleus Medical Media.
Brandan, Nora; Aguirre, María Victoria; Giménez, Cynthia Elizabeth; Hemoglobina. Cátedra de Bioquímica. Facultad de Medicina de UNNE.
P. Oliver, O. Rodríguez, J. L. Marín, M. Muñoz, E. Guillén, G. Valcárcel, A. Galán, F. Rodríguez Cantalejo. Estudio de la oxigenación e interpretación de la gasometría arterial. Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular. 



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